sábado, 5 de septiembre de 2009

Realidades ciudadanas... "lo que desde Buenos Aires, no se ve"


El tractor de una estancia vecina lleva y trae a los 51 alumnos de la escuela rural N° 225, en el paraje Cailar Cué
Foto: LA NACION / Alfredo Sánchez

Escuelas del bicentenario / Una idea que beneficia a 5000 alumnos
Un pueblo contra el fracaso escolar
Una alianza del Estado local, empresas y ONG capacita maestros y equipa escuelas en Gobernador Virasoro
Noticias de Cultura: Sábado 5 de setiembre de 2009 | Publicado en edición impresa
Mariano De Vedia
Enviado especial


GOBERNADOR VIRASORO, Corrientes.- En esta ciudad del noroeste correntino, donde el 70% de la población tiene menos de 30 años y, de ese total, el 30%, menos de 9, la comunidad asumió como propio un programa de la Unesco y la Universidad de San Andrés y puso a todas sus escuelas primarias a trabajar para combatir el fracaso escolar.

"Por fin, vamos a tener esa equidad educativa de la que tanto se habla", dijo con espontánea alegría la maestra Mercedes Ramírez de López, mientras despedía a los 51 alumnos de la escuela rural Nº 225 del paraje Cailar Cué, que regresan a sus casas en un carro tirado por un tractor.

Allí, las clases dependen del transporte y del tiempo. El paraje está a 80 kilómetros de Gobernador Virasoro y, si en la estancia cercana que provee el tractor no hay combustible disponible o utilizan el vehículo para tareas forestales, los chicos se quedan sin ir al colegio. Lo mismo pasa si la lluvia se ensaña con los caminos.

Las fragilidades y las necesidades más diversas saltan a la vista en todo el sistema escolar de esta ciudad, a 90 kilómetros de Posadas. Las últimas estadísticas son bravas: el 15,4% de los alumnos repite el grado en la primaria y el 21,2% fracasa en primer grado. Eso llevó a formar una alianza inédita entre las autoridades locales y provinciales, empresas privadas y organizaciones civiles para mejorar el rumbo de la educación.

Así, los 5000 alumnos de las 16 escuelas estatales (ocho urbanas y ocho rurales), juntos a sus 200 docentes, son beneficiados por el programa Escuelas del Bicentenario, que la Universidad de San Andrés y el Instituto Internacional de Planeamiento de la Educación (IIPE-Unesco) desarrollan desde hace un año en esta zona, mediante un plan de capacitación integral a maestros y directores, en lengua, matemática y ciencias, al que suman la provisión de 17.000 libros para los chicos y las bibliotecas de aula, computadoras y otras herramientas.

"La idea no es vender un enlatado", dijo la socióloga Romina Campopiano, directora ejecutiva de Escuelas del Bicentenario, al explicar a LA NACION en el terreno las características del plan, que se aplica en 87 escuelas de las provincias de Buenos Aires, Corrientes, Chaco, Santa Cruz y Tucumán, donde en muchos casos el índice de alumnos que repiten bajó más de un 40 por ciento. A diferencia del resto del país, Gobernador Virasoro es el primer distrito en el que la experiencia llega a todas las escuelas del lugar, con el propósito de acercar los caminos de la calidad y la equidad, que en educación siempre se bifurcan.



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Con lluvia, sin clases
"Nosotros estamos en el casco urbano, pero la mayoría de los chicos están en la periferia. Los días de lluvia los padres no los mandan", comentó Graciela Navajas, directora de la Escuela Nº 86, donde una lámina con consejos de higiene alimentaria recibe cada día a 720 alumnos. Muchos no terminarán allí porque sus padres son trabajadores golondrina y sus estudios dependen de las cosechas y del calendario forestal.

Los 33 docentes de primero a sexto grado se suman a las capacitaciones en horas de servicio de Bicentenario, como todos llaman al proyecto, que sienten como propio. "La escuela hace un gran esfuerzo para acomodar los horarios y evitar que los chicos pierdan tiempo de clase", explicó Damián Zagdanski, responsable del equipo de gestión en Virasoro. Los maestros y directores debieron redoblar los esfuerzos, al achicarse el calendario por las tres semanas del receso de invierno, prolongado por la gripe A, y los 28 días de paros docentes en algunas escuelas.

"Si sos responsable y querés resultados, hay que renovar las estrategias", dijo María del Carmen Screpnik, maestra de quinto grado que, con elementos cotidianos (bolsas, cintas, yerba), construyó con sus alumnos la maqueta de un aparato digestivo. A la hora de enseñar ciencias, la consigna es comprobar hipótesis en clase y llegar al libro luego de las primeras deducciones personales. En primera fila, Jessica Almeida mostraba orgullosa su cuaderno.

La magia de los libros
El programa edita los textos para que lleguen a las aulas y en todo el país ya distribuyó más de 120.000 libros. "No los queremos en un armario; queremos que los chicos se los apropien, los usen y los marquen", dijo Campopiano. De ello puede dar fe el maestro Luis María Salinas, que comparte los cuentos con sus alumnos de primer grado en la Escuela Nº 851 del paraje San Justo, a tres kilómetros del centro.

El mobiliario está gastado y viejo, pero el entusiasmo y las ganas se renovaron con las actividades propuestas. "Muchos maestros decían que leer cuentos en el aula era perder el tiempo. Ahora hay días fijos de lectura; se trabaja con la biblioteca; hay una agenda y un recorrido de textos en el cuaderno, para que los padres sepan qué leen sus hijos", explicó la docente Ana María Franco, capacitadora de lengua.

"Antes pensábamos que leíamos sólo cuando teníamos lengua. Hoy nos damos cuenta que leemos e interpretamos textos en las clases de ciencias naturales", admitió la maestra Mercedes, de la escuela rural N° 225, delante de sus alumnos.

Mercedes acompaña desde el año pasado a su esposo Esteban López, de 61 años y director de la escuela rural desde hace 11, en un predio que hasta el año pasado no tenía luz eléctrica. Se colocaron paneles de energía solar y los chicos saben que la energía es un elemento vital que hay que cuidar. "Cuando hace frío y el sol se tapa varios días, no hay luz", sintetizó uno de los alumnos.

En todo el país

En conjunto . Escuelas del Bicentenario es un programa de la Universidad de San Andrés y del Instituto Internacional de Planeamiento de la Educación (IIPE-Unesco), que promueve acciones de gobiernos y empresas privadas para mejorar la calidad de las escuelas primarias.


Población . En Gobernador Virasoro llega a todas las escuelas urbanas y rurales, con 5000 alumnos primarios y 20.000 docentes.


Aportes . Allí el programa es sostenido por las fundaciones Victoria Jean Navajas y Mundo Sano, y las empresas Bosques del Plata, el Banco Galicia y Telecom. Tiene el apoyo de la Fundación La Nacion.


Otras localidades . La experiencia se aplica también en 87 escuelas distribuidas en Campana, Pilar, Ensenada y Carlos Casares (provincia de Buenos Aires), Barranqueras (Chaco), Caleta Olivia y Las Heras (Santa Cruz), la capital de Corrientes y varias localidades de Tucumán.

Mejor prevenir que compensar

"Cuando hay muchos chicos que repiten de grado la solución no es aprobar a todos. Lo que intentamos es prevenir", explicó Romina Campopiano, directora ejecutiva de Escuelas del Bicentenario. "No tenemos que actuar cuando los chicos ya repitieron, sino antes. Trabajamos con los docentes para anticiparnos y no tener que tomar después medidas compensatorias", señaló. Asociado a la figura del andamio, el diseño de Escuelas del Bicentenario ?cuya directora general es Silvina Gvirtz? está pensado para acompañar durante cuatro años a los directores y docentes para que después puedan seguir marchando solos.

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lanacion.com | Cultura | S?do 5 de setiembre de 2009


el dispreciau dice: a quiénes se llegan gentilmente a estas páginas personales, quiero compartirles algo de mi convicción: lo que no hagamos nosotros por nosotros mismos y nuestra sociedad (en el orden que se quiera, individualmente hablando)... no lo hará nadie en nombre nuestro, aunque sí aparecerán muchos a prometer cosas que jamás cumplirán. Septiembre 05, 2009.-

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