lunes, 14 de septiembre de 2009

Chávez&K, una sociedad destructiva: sin vergüenzas


La situación
Una audaz jugada por el control de Telecom
Carlos Pagni

LA NACION
Noticias de Política: Lunes 14 de setiembre de 2009 | Publicado en edición impresa


MADRID. ¿Quién se atreve a decir que los Kirchner han aislado a la Argentina? Imposible sostenerlo en España. Las historias que agitan a Buenos Aires son seguidas por la elite de aquí como si fueran propias. En buena medida, lo son. Con su intervención sobre la industria audiovisual, el Gobierno ha tocado el trigémino de varias compañías españolas. Telefónica, sobre todo. Aunque no está sola en el calvario.

La suerte de Telecom Argentina es la incógnita principal. La reforma de la ley de radiodifusión se ha vuelto incierta, sobre todo después del operativo de la AFIP en Clarín. Y la intromisión del oficialismo en la compañía de telefonía ha sido tan audaz que la venta de las acciones de Telecom Italia parece ya una privatización.

En Madrid se activó una alarma con la posible irrupción de Carlos Slim. El lunes pasado se supo que el empresario mexicano negocia entrar en Telecom con el fondo de Alfredo Román. En las últimas horas, según ejecutivos madrileños bien informados, se agregó otra posibilidad: que Slim financie también, por medio de su sociedad de bolsa Inbursa, al consorcio de Eduardo Eurnekian y Ernesto Gutiérrez.

Estos dos empresarios, sobre todo el último, aparecen tan ligados a los Kirchner que, en una cláusula del contrato que negocian con Telecom Italia, propusieron que la compañía se inhiba de iniciar juicios a los funcionarios. A pesar del respaldo oficial ?o tal vez por él?, a Gutiérrez se le estaba dificultando la financiación. Hace pocos días consiguió interesar a los Garfunkel, ex dueños del Banco del Buen Ayre. Pero si Slim aportara US$ 500 millones, Gutiérrez habría despejado su problema.

Este dato es observado con inquietud en España. Telefónica y Slim juegan un agresivo ajedrez que tiene como tablero a toda América latina. Esa competencia ya causó algún disgusto a Felipe González, cuya agenda regional está puesta al servicio de los negocios del mexicano (a propósito de González: quedó muy impresionado de ver, en su última visita a los Kirchner, de qué manera el ex presidente lleva la voz cantante en todos los temas). Claro, la empresa de telefonía móvil de Slim, tiene 16 millones de abonados en la Argentina, Paraguay y Uruguay. De ingresar en Telecom, anexaría ese plantel al de Personal.

El desembarco del mexicano amargaría a César Alierta, el presidente de Telefónica. En uno de sus viajes a España, la Presidenta había prometido a Alierta que se permitiría a las empresas de telecomunicaciones operar TV por cable. El proyecto de ley audiovisual habilita nada más que a las de capital nacional. Es decir, sólo Telecom tendría derecho a ofrecer el triple play (teléfono, TV cable e Internet). Se trata de un mercado potencial de US$ 6000 millones por año. Pésima noticia para Alierta, entonces, si Slim se termina sentando en Telecom.

Hay más motivos para que los españoles controlen el trámite de la ley de medios. Telefónica debería, por la cláusula de privilegio al capital nacional, desprenderse de Telefé. Igual que el Grupo Prisa (diario El País, Sogecable, Cadena SER) tendría que vender radio Continental.

Prisa, que hoy comanda Juan Luis Cebrián, sufre el acoso de José Luis Rodríguez Zapatero, que tiene su corazón en otro imperio: el de su amigo Jaume Roures, integrado por el diario Público , La Sexta -TV abierta-, y la productora Mediapro, que monopoliza los derechos del fútbol.

El negocio de las transmisiones futbolísticas encendió la política española. Al revés de los Kirchner, Zapatero decidió firmar un real decreto ley -equivalente al decreto de necesidad y urgencia argentino- que permite a la TV abierta cobrar por los partidos, codificándolos. A instancias del PSOE, entonces, en España comenzarán a secuestrar los goles.

El debate del Congreso español, el próximo jueves, será acalorado. Los licenciatarios de TV abierta obtendrán un regalo no previsto cuando les adjudicaron el negocio. La más beneficiada es La Sexta, asociada a Mediapro. Prisa, su competidora, corre el riesgo de que sus abonados al cable emprendan el éxodo. Otro detalle: la ministra de Defensa, Carmen Chacón, intervino en la decisión a pesar de estar casada con un socio de Roures, ex secretario de Comunicaciones de Zapatero. Este tipo de contaminación mancha, por lo visto, las dos orillas del Atlántico.

El telescopio de Prisa está enfocado también sobre el Congreso argentino. Si se aprueba la ley audiovisual, radios como Continental deberán competir por la publicidad con el Estado y con entidades sin fines de lucro.

Los Kirchner figuran en Europa al final del ranking latino. "Hasta Chávez parece más afecto a la seguridad jurídica: por lo menos te paga lo que expropia", bromeó un empresario con intereses en Buenos Aires. No es inocente el chiste. El viernes, Chávez obtuvo una indulgencia en España: anunció que Pdvsa, junto con Repsol, había descubierto un gran yacimiento de gas que pondría a Venezuela entre los cinco mayores productores del mundo.

Algunos técnicos ponen en duda esta magnitud. Chávez hizo antes anuncios similares, productos de su fantasía caribeña. Pero Antonio Brufau, el presidente de Repsol, no lo desmintió, aunque dejó las precisiones para más adelante. Brufau acompañó a Chávez como copiloto en su rally por la Gran Vía, hasta la Casa del Libro, con la cara entumecida de tanto sonreír. Sólo le faltó afirmar que con el venezolano "respiramos del mismo modo", como dijo de Enrique Eskenazi, su socio en YPF.

La algarabía de Chávez y Brufau fue una solución para Zapatero. Evitó que fuera su foto con el venezolano la que ocupara la tapa de los diarios. Para los líderes progresistas son cada vez más incómodas las visitas de un colega que cierra diarios, confisca empresas y se lanza a una carrera armamentista. Chávez llegó a Madrid desde Rusia. Reveló que había comprado misiles con alcance de 300 km. Ya lleva comprados a los rusos US$ 3000 millones en armamentos. La embajada venezolana en Moscú tiene 150 funcionarios, en su mayor parte militares. En Colombia están alarmados.

Zapatero eludió una conferencia de prensa con el venezolano. En cuanto pudo, voló a Francia. La semana internacional del primer ministro venía cruzada. Dos días antes había visitado a Silvio Berlusconi, quien dejó trascender en su diario, Il Giornale , que Zapatero lo había acompañado hasta su impenitente Villa Certosa, en Cerdeña. Para Berlusconi fue providencial que un prócer de la centroizquierda europea exorcizara esas instalaciones, que vieron de todo. Zapatero todavía lo está pagando en los diarios locales.

Las relaciones entre el gobierno español y el de la Argentina están reducidas a cero. Ni siquiera Teresa Fernández de la Vega, la vicepresidenta, visitó este año Buenos Aires. Como en tantas otras capitales, en Madrid la estrella del Sur sigue siendo Brasil. Sobre todo entre empresarios. La Fundación Botín (vinculada a los dueños del Banco de Santander), por ejemplo, está preparando, para comienzos de noviembre, una semana brasileña en la Casa de América. Será el lanzamiento europeo de Dilma Rousseff, la candidata de Lula da Silva a su sucesión. El seminario sobre Brasil no forma parte de las actividades sudamericanas del banco. Tampoco de su interés por el Mercosur. Es el cierre de un ciclo por el que ya pasaron India, China y Rusia. Hay que tomar nota de los cambios.

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Carlos Pagni

lanacion.com | Política | Lunes 14 de setiembre de 2009


el dispreciau dice: allá por los ochenta, el embajador de la Comunidad Valenciana en Argentina me decía: "este país no tiene seguridad jurídica"... es imprevisible. La amistad que nos unía y nos reunía apreciaba sentires semejantes. Casi treinta años después, Argentina ya no es "imprevisible", es ciertamente un caos incomparable donde las instituciones no guardan valor alguno. No sé qué pensarán los empresarios españoles, pero Argentina hoy es un país de altísimo riesgo en lo que a inversiones se refiere, sencillamente porque la usura instalada como estrategia política ha destruido vínculos que podrían calificarse como ancestrales tanto con España como con Italia, sin olvidarnos de los daños colaterales al perjudicar intereses alemanes, franceses, americanos, etc. Si además de toda la barbarie instalada por la actual gestión ejecutivo-política se le suman las sociedades con países que van contramano de la historia y de la realidad, no cabe duda que la sociedad argentina pasará pésimos momentos a manos de mesianismos mezquinos y de miserias humanas exacerbadas. A los vecinos ecuánimes no se les escapa lo que está sucediendo aquí. Brasil, Chile y Uruguay toman distancia... no por casualidad. El eje del mal en Sudamérica promete cosas peores aún. Septiembre 14, 2009.-


Opinión
Riesgo país y venta de las principales empresas
Por Orlando Ferreres

Especial para lanacion.com
Noticias de Economía: Lunes 14 de setiembre de 2009 | 00:53 (actualizado a las 03:57)

La Argentina es el octavo país del mundo por extensión territorial. Con una administración no muy destacada, tendríamos que tener un producto bruto interno entre los 10 principales países del mundo. Estamos muy lejos de esos resultados. Hemos podido hacerlo por más de 130 años, entre 1810 y 1940. Podemos hacerlo nuevamente, si miramos nuestra realidad y la comparamos con la realidad del mundo del siglo XXI. Así podremos sacar conclusiones de lo que anda bien y lo que anda mal en los distintos países y aplicar a nuestra realidad esas conclusiones.

Los países tratan de evitar el default de su deuda pública, como es el caso de Chile, Brasil y Uruguay -para tomar el ejemplo de nuestros vecinos más cercanos-, en tanto que nuestros políticos se la pasan proclamando que deberíamos negar la deuda ante la primera señal de dificultades. Aún peor, los calificadores de riesgo soberano han considerado en algunos momentos a la Argentina como "país sin voluntad de pago", dada su permanente intención de negar las deudas. Este accionar del Gobierno aumenta el riesgo país y hace que prácticamente el costo del capital en la Argentina -siempre algo más alto que el riesgo país- sea muchísimo más caro que en la mayoría de los países del mundo, lo que prácticamente saca a nuestras actividades económicas de la competencia internacional, o incluso de su desarrollo local.

Es más, todo este tipo de política que arranca de varios gobiernos atrás, y que lleva el riesgo país a más de 1000 puntos básicos por encima del de los otros países (tenemos que pagar 10-15 % más en dólares que nuestros competidores), ha obligado a las grandes empresas de clase mundial que tenían su casa matriz en la Argentina a trasladarse a otros países o vender las actividades, como es el caso de los sectores petroleros, cemento, frigoríficos, una de las exportadoras de cereales más grande del mundo, entre otras. Por lo tanto, es difícil conseguir así esas inversiones masivas como flujo permanente, que permitan financiar un crecimiento económico sostenido y robusto en el tiempo, mejorar el nivel educativo y económico de la población; y sabemos que las inversiones son una estrategia clave, una pieza fundamental para el desarrollo económico inclusivo de un país.

Organización eficiente o subsidiada. La mayoría de las grandes empresas argentinas se han vendido en las últimas décadas, y solo quedan honrosas excepciones, que se pueden contar con los dedos de una sola mano.

Hay empresas más chicas y eficientes, pero no tienen financiamiento a costo internacional, por lo que no pueden crecer. Tampoco tienen crédito local a mediano o largo plazo. El agro es un sector que aún conserva mucha eficiencia, pero el Gobierno le hace difícil la competitividad, sacándole -como es el caso de la soja- el 35% flat de sus precios de venta, para dárselo al Estado, que lo esteriliza en burocracia no reproductiva.

Si trasladamos recursos del sector dinámico y competitivo al sector burocrático y no reproductivo (el Estado), se nos va a ir parando el país. Lo lógico es lo opuesto, ir estabilizando el sector burocrático y dejar cada vez más recursos para los sectores que puedan ser dinámicos. De esa manera vamos a crecer más a largo plazo. Es lo que hizo Brasil en los últimos 100 años y ahora es cinco veces más grande que nosotros, cuando antes de la crisis del 30, nosotros éramos un 43% mayores que el país vecino.

También tenemos una buena cantidad de empresas de diferente tamaño que son lobbistas del subsidio permanente, política que, sin objetivos a cumplir, no conduce a nada bueno, especialmente si no tiene límites estrictos en el tiempo. Por otro lado, en los últimos tiempos, la gran mayoría de las empresas grandes se han transformado en sucursales de matrices con decisión en otros países, por lo que siempre deben consultar cualquier inversión o decisiones políticas de competencia fuerte con su propia matriz. Hemos destruido el crédito, hemos destruido las empresas grandes argentinas, estamos destruyendo el país y la ocupación eficiente de la población y hay cada vez más gente en trabajos precarios e informales. Esto debe parar, es necesario reivindicar al empresario argentino que lucha por sobrevivir en la jungla poblada de burócratas y lobbistas sin empresas. De lo contrario no tendremos país.

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Por Orlando Ferreres

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